Nuevamente nos hemos reencontrado y, durante dos intensos dÃas, hemos revivido la fraternidad franciscana que iniciamos en el Seminario hace ya algunas décadas y, que el paso del tiempo, no ha desgastado ni borrado de nuestra memoria. Son muchas las vivencias, recuerdos, anécdotas, etc. que hemos compartido durante años tan significativos de nuestra vida, dÃa a dÃa, codo con codo, que hace difÃcil que nos olvidemos de nuestro pasado seráfico. Esa impronta o sello personal que recibimos todos y cada uno de los que pasamos por el Seminario Seráfico de Antequera la hemos llevado con el máximo orgullo y dignidad, poniéndola de manifiesto en el entorno de nuestras respectivas profesiones.
ASAMBLEA
2012 b.maya
LORENZO PALOMO-Mi jardÃn solitario